Fíjate si será bueno que este es el mío, que lleva pasando del maletero de un coche a otro, desde hace décadas.
Ver el archivo adjunto 18454
El problema no es el cepillo en sí, igual que no lo es el rulo del lavadero, el problema en mi opinión, es la capa de "polvo" que hay sobre el coche.
Esa capa de materiales, al ser arrastrada por el cepillo (o por la palma de nuestra mano) puede hacer un efecto mecánico de abrasión sobre el barniz y/o la pintura (como si de una lija finísima se tratase) que puede marcarlo casi seguro.
Si pudiéramos analizar ese "polvo" o verlo al microscopio, estoy seguro que encontraríamos materiales blandos (orgánicos, textiles, pólenes, etc.) que por su naturaleza (más blanda que la pintura) no podrán marcarla, pero también habrá partículas sintéticas, áridos de la superficie del suelo deteriorado, minerales y hasta metales, con aristas vivas y cortantes que serían las que podrían agredir la superficie de la pintura, al ser esta más blanda que aquellas.
Estos micro-arañazos son casi invisibles sobre ciertos colores como el gris diamante, pero sobre el negro brillante del techo, sobre el que además incide la mayor cantidad de luz, resultarían fácilmente visibles y supondrán una depreciación de nuestra querida nave.
En fin, .... que no me atrevo.