Buenas tardes compañeros,
Estos días para ir a trabajar he pasado por mi recorrido favorito, el más corto y rápido, un puerto de montaña por donde pasó algunos años el antiguo Rally Costa Brava. Así pues, paso a relataros mis impresiones sobre el comportamiento del C-HR en este contexto.
Decepción. Esa es la primera palabra que me viene a la mente, pero en realidad, creo que no es del todo acertada, ya que el resultado era esperado. De hecho, compramos el coche para una situación determinada, sabiendo que habría casos en los que lo sacaríamos de su escenario preferido. Sin embargo, ha cumplido incluso en todo aquello que pensábamos que sería peor, como es el consumo en carretera aunque la orografía sea desfavorable.
En el caso de los puertos de montaña debo decir que el resultado es agridulce. Agrio por el comportamiento del conjunto motriz, y dulce por lo afinado del chasis. Al tomar las curvas apenas hay balanceo pese a ser algo más alto que un turismo cualquiera, la suspensión sujeta muy bien los movimientos de la carrocería y permite un paso por curva mucho más rápido de lo esperado. El punto negativo son las reacciones del motor y el cambio. La variante ruido no la contemplo en la ecuación porque es evidente que cuando necesitas potencia habrá ruido, sea el coche que sea, siempre que no queramos ahogarlo pisando a fondo a 1.500rpm.
Normalmente practico una conducción dinámica, rayando lo deportivo, sin ser muy agresivo. Es decir, en las escasas rectas que hay apenas corro, como mucho voy a 80 o 90km/h, pero al llegar a las curvas freno poco, las suelo trazar bastante rápido sin llegar al punto en que el coche pierde agarre. Sí que suelo perder agarre algunas veces en cada trayecto, pero no es la costumbre. El caso es que normalmente cuando llego a una curva freno suavemente y con tiempo, pero al llegar al vértice, acelero hasta llegar al punto de frenada de la siguiente curva.
Mis problemas vienen con los modos de conducción del C-HR. En el modo normal me parece bien la intensidad de la frenada y la gestión de todo menos de la respuesta del motor. Cuando llego al vértice de la curva y empiezo a acelerar, se produce un retraso bastante exagerado que llega a irritarme bastante porque en muchos casos son 2 o 3 segundos hasta que el coche se decide en dar la potencia necesaria.
Al pulsar el modo sport, se avivan las reacciones en lo que se refiere a la respuesta del motor, con mayor capacidad de retención al soltar el gas y con una respuesta más intensa al mínimo toque del acelerador. ¿El problema? Pues que con el modo sport activado, las aceleraciones suaves en las rectas son casi imposibles, porque el mínimo toque al acelerador es equivalente a un zapatazo del modo normal. Lo mismo pasa en las frenadas: al soltar gas el motor retiene mucho, demasiado para mí, ya que en otros coches hay situaciones en las que pongo cuarta yendo cuesta abajo y dejo que vaya bajando. También al ir cuesta abajo, cuando el C-HR quiere retener con el motor de combustión, al volver a pisar el acelerador al llegar al vértice de la curva, se hace un lío antes no encuentra las revoluciones a las que va a mandar el motor que te vuelve a dejar con un buen retraso en la respuesta del gas casi similar al modo normal.
Resumiendo, que con este coche yendo al trabajo no me divierto tanto como con el Golf, incluso lo sufro un poco. Lo que está claro es que no se pueden pedir peras al olmo. Ya he comentado en alguna otra ocasión que soy un petrolhead, soy bastante exigente con los coches, pero también sé sus puntos fuertes y sus puntos flacos. Los puertos de montaña para mí, son el punto flaco del C-HR, pero para el tipo de coche que es, lo esperaba mucho peor de lo que realmente es. O dicho de otro modo, es mejor de lo que me esperaba. Todo es cuestión de perspectivas.