El problema real de la contaminación no es realmente el CO2. Este gas representa apenas el 0,04% de la atmósfera, apenas 4 partes de 10.000, y lo más sorprendente es que la actividad humana sólo produce el 5% del dióxido de Carbono total, es decir el 0,002% de la atmósfera es CO2 generado por la actividad humana. Y cierto que es un gas de efecto invernadero, pero los hay infinitamente peores, como el metano, que es el componente fundamental del gas natural o de los cuescos, pero al ser combustible, el ser humano lo aprovecha para algo.
El problema son los óxidos nitrosos y más cuando más concentrados están. El problema son los residuos generados por las industrias y las actividades agropecuarias. También los compuestos de azufre y las partículas de hollín en suspensión. Y el gasoleo tiene de esto a borbotones. Cuando un coche diesel acelera, se nota especialmente. Y va en su naturaleza. Se obtiene tras haber sacado del petróleo por destilación los gases menos pesados y más explosivos, y por tanto, con menos residuos. El gasoleo, por contra, es viscoso porque está compuesto de hidrocarburos más complejos y porque tiene otras sustancias y partículas en disolución, que evitan que explote, pero a su vez no se queman. Esto es lo malo.
Hasta hace relativamente poco, el gasoleo se consideraba algo que se utilizaba exclusivamente para transporte colectivo o sectores primarios y de industria. Y por tanto, como estaba ligado a actividades profesionales, debía tener otra tributación.
Hasta que algún espabilado empezó a evolucionar los motores diesel, hasta entonces de poca potencia, añadiendo turbos y produciéndolos a escala masiva, de modo que la excepción paso a ser algo corriente.
El problema se produce cuando nos hemos hecho conscientes de que estamos influyendo en los ciclos de la naturaleza, generamos muchos residuos, y cada vez hay más personas con alergia y enfermedades autoinmunes, sobre todo en las grandes ciudades, en donde se han instaurado permanentemente las boinas de contaminación, y hemos empezado a mirar que hay algo que producimos a borbotones.
Décadas de mirar a otro lado. Pero bueno. Se ha reaccionado tarde, pero algo está cambiando. Los conductores de coches de gasoleo lo van entendiendo, creo, y son conscientes de que esa exención parcial de impuestos va a acabar. El problema se da en grandes ciudades, pero aunque en los pueblos no sea tan determinante, los impuestos deben ser iguales para todos. Los profesionales deben estar tranquilos, ahora bien, desde instancias administrativas se intenta fomentar el abandono del gasoleo, incluso para ellos.
Cuando todos estemos en gasolina o gas, lo siguiente será ir al hidrogeno, al electrolito en surtidor o a la batería. Pero aún falta para que lo veamos.