Hay algunas partes en las que tiene mucha razón. Se comparte demasiado la tecnología entre fabricantes, véase el TCe de 130cv que equipa tanto el Clase A como el Dacia Duster. O el nuevo Serie 1 que pierde su mayor virtud: la propulsión.
En cambio, cuando habla de interiores, no estoy de acuerdo con él en absoluto. Lo he comentado varias veces, mi Golf le da diez mil vueltas al interior del C-HR. La solidez y el encaje de materiales es muy distinto y ya no hablemos de lo que no se ve, como materiales de insonorización.
Según mi opinión, sigue habiendo diferencia entre las marcas premium y las generalistas, pero el hueco que hay entre ambas, lo que los ingleses llaman gap, es cada vez más reducido. Si miras un BMW Serie 5 e34 y lo comparas con un sucedáneo de la época como un Peugeot 505, la diferencia es brutal. También lo era la diferencia de precio en su momento. Ahora no hay tanta diferencia en cuanto a tecnología, motorizaciones y demás entre un coche generalista y un coche premium. Pero tampoco hay tanta diferencia de precio como antes entre un coche generalista y un coche premium. En este sentido lo más discutible lo podemos encontrar en términos de equipamiento, con aquel vicio tan alemán de cobrarte hasta el más mínimo detalle que consideren como opción. Siempre lo he dicho: entre calidades interiores hay mucha diferencia entre un León y un Golf (ahora no tanta como con la anterior generación). Y también hay mucha diferencia entre las calidades interiores de un Golf y las de un Audi.
Creo que la clave está en lo que busque el comprador y a los apartados que dé más importancia. Solo uno mismo puede decidir en qué prefiere invertir su dinero.