Uno de los "grandes" problemas de un sistema híbrido es que, aunque no lo utilices en ese momento, se precisa que el motor
térmico esté
preparado para cuando se necesita. Y estar preparado significa que debe estar a una determinada
temperatura de funcionamiento. Hablamos de
bloque motor,
aceite motor y
catalizador sobre todo. Por eso, aunque el motor esté a tope de carga eléctrica, el coche puede estar
varios minutos en modo térmico, cuando parece que no lo necesitara, y además en un modo de revoluciones
por encima del ralentí de otros coches (en los híbridos no existe el concepto de ralentí, por cierto).
Por tanto, reducir el tiempo de calentamiento es
esencial para consumir menos. Una manera de hacerlo y que utilicé en mi Prius, fue en invierno tapar el frontal del radiador aproximadamente un 25% del total, pero
solo de la parte del radiador que da servicio a la parte
térmica,
jamás el radiador de la parte
eléctrica. El sistema
funcionaba y noté que la media me bajaba en 0,3 litros/100 que para lo que me costó el elemento de tapado (un tipo de goma EVA) lo amorticé a la primera.
Hubo alguien que se le ocurrió diseñar un sistema de
lamas que se colocaban en el frente del radiador, a modo de persiana que giraban y se cerraban con el radiador frío y se abrían con el radiador caliente, de modo que forzaban a que el termostato llegase antes a la temperatura deseada.
Este sistema lo lleva el Prius 4G de serie, creo que no lo tenemos nosotros, pero si tenemos un radiador optimizado para favorecer el no refrigerarse al estar frío el coche. De hecho noto que en este coche se alcanza la temperatura de servicio
antes que en mi antiguo Prius 2G.
Este
otro sistema que comentais, en vez de ser
pasivo, es decir que se limita a tapar el radiador para que no refrigere antes de tiempo, lo que hace es directamente
inyectar calor al sistema de radiador, aprovechando parte del calor que desprende el tubo de
escape, y que de otra forma se
pierde. No solo conserva el calor sino que le
añade calor.
Para ello, el dispositivo
rediríge a un pequeño radiador parte de los gases de escape y allí
calienta una tubería que se empalma con el circuito de refrigeración. El sistema dispone de un termostato a fin de sólo desviar el gas del tubo de escape al sistema cuando se necesite calentarlo.
Promete hasta un 8% de mejora de consumo (habría que ver si compensa y
si es verdad o es en modo ideal). En mi caso puedo gastar unos 1.200 euros en un año de gasolina, pues me ahorraría 100 euros año. Recuerdo que instalar las lamas valía unos 500 euros y decidí que no me compensaba.
No me creo que el ahorro sea tanto, y además supone el desviar el circuito de refrigeración a los bajos del coche, exponiéndolos a una avería. Si la gasolina se disparase, seguro que los fabricantes lo pondrían de serie.
Decir además que esto
no solo se aplica a híbridos. Con menos ahorro de combustible (un 3%) también desde hace tiempo este sistema está disponible para coches térmicos puros. Esta es la competencia. Esto no es algo nuevo ni novedoso.