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Pues yo voy por mi tercer Toyota con este que acabo de estrenar, aunque en casa tenemos otro más y uno que aún está de camino.
Mis anteriores Toyotas no tienen nada que ver con este, incluso parecían de otra marca, y eso que siempre tuve la sensación de que poseía el valor añadido de esta marca. Toyota es otra filosofía y el cliente es lo principal, pues eso tiene que ver con su principio de mejora y el Kaizen... no obstante, su mecánica era diesel y eso, quieras o no, estaba diseñado para un mercado "no oriental", por lo que en cuanto a tecnología un cero patatero.
En 2006 mi primer RAV4, que sin ser el modelo premium era de los más altos de la gama, ni se entendía por bluetooth con el móvil y a parte de un lector de 6 cds no había mucha más innovación, y encima alumbraba poco y mal, salvo los leds de posición y frenado traseros, nada de USB trasero ni iluminación en los botones. El aire acondicionado no era malo, pero acababa oliendo a perros muertos.
En el 2014 fui a por mi segundo y último RAV4 y creía que era un "upgrade" del anterior. Me di cuenta que la habían cagado con los pilotos traseros, pues ahora eran de incandescencia (si algo funciona no lo cambies...) pero esta vez tenía Xenon y él navegador Touch 2 and Go parecía que sería mejor, cosa que con el tiempo, al dejar de pagar te das cuenta de que no le sacas partido. Perdí la rueda del portón y venía una de galleta, aunque el portón era automático y como plus, el espejo fotocromático. El USB trasero nada de nada y muchos botones seguían sin iluminación aunque ahora tenía climatizador y casi no olía a perros muertos.
Esto último muy típico en los aires acondicionados de los automóviles Toyota y en los que hay que aplicar un truco (que es poner la calefacción a tope un buen rato, cuando huela mal y "quemar" esas bacterias que hacen que suceda ese olor a podrido) que hemos aprendido todos los que lo sufrimos.
Mi sorpresa fue cuando Toyota empezó a dejar de fabricar motors diesel e incluso a montar los de otras marcas como BMW en sus vehículos. Ahí, allá por el 2016 empecé a pensar que si mi coche futuro fuese un Toyota, este no sería diesel, y por supuesto no quiero otra marca.
Trabajo en el transporte sanitario y evidentemente tengo una buena muestra a diario de lo que acarrea el diesel. Los problemas del Gasoil, los inyectores, los filtros de partículas, las válvulas EGR o el fastidioso Adblue que sólo saben dar problemas y averías, no los quiero.
Nunca entenderé porqué no hay un USB detrás, o porqué han quitado los asideros del techo trasero, sin embargo alucino con ir cargando recargando o solicitando más energía, con los faros que giran en las curvas, que cambian de largas a cortas, la lectura de señales, el avisador con voz que de vez en cuando sale indicando un atasco, la ayuda de carril, el crucero adaptativo y el PARE que sale en pantalla antes de llevarte ese susto de muerte, esa es la tecnología que buscaba en mi primer RAV 4 y que ahora he conseguido, ah y los botones por fin están iluminados.